29/Oct/2014
La construcción en tierra ha sido relegada a distintos sitiales en la memoria colectiva. Si bien muchos reconocemos en ella un legado patrimonial de las tradiciones y la cultura de los valles centrales, también se ha generado una valoración distinta luego del terremoto del año 2010 y del incendio en los cerros de…
La construcción en tierra ha sido relegada a distintos sitiales en la memoria colectiva. Si bien muchos reconocemos en ella un legado patrimonial de las tradiciones y la cultura de los valles centrales, también se ha generado una valoración distinta luego del terremoto del año 2010 y del incendio en los cerros de Valparaíso el año 2014. Muchas familias prefieren un muro de concreto como fachada de su casa, por temor a que se derrumbe, sin mediar las consecuencias simbólicas de aquella determinación. Sin embargo, los esfuerzos por mantener la vigencia de la arquitectura identitaria siguen proliferando, vinculándose con el arte en el proceso de encontrar nuevas vías de expresión. En las artes visuales, la materialidad adquiere infinitos significados.
El barro, que se ocupa para estucar el muro de adobe, es materia prima tanto para la construcción patrimonial como para crear arte, con lo que adquiere multiplicidad de lenguajes y potencial comunicativo. Valparaíso posee una tradición que atraviesa momentos de difícil proyección, pero que trae consigo un acervo cultural intangible, que merece nuevas propuestas, estímulos e intercambio cultural. Los murales en tierra son la propuesta que este proyecto plantea para resignificar nuestra cultura constructiva, interactuando con la comunidad y en el marco de este festival.
Esta actividad que se desarrollará todo el día domingo 2 de noviembre en el patio interior del edificio de Transmisión, se enmarca en el Festival Ciudadano 100 intervenciones en un día en Valparaíso.