11/Jun/2014
El Abismo de los Pájaros Fabiola Ruiz es una dramaturga porteña que hace 4 años se encuentra trabajando un tema que despierta profundamente su sensibilidad, el mundo Kawéesqar, grupo indígena que vivía en los canales y fiordos del extremo sur del país, hoy radicados en Puerto Edén, región de Magallanes….
El Abismo de los Pájaros
Fabiola Ruiz es una dramaturga porteña que hace 4 años se encuentra trabajando un tema que despierta profundamente su sensibilidad, el mundo Kawéesqar, grupo indígena que vivía en los canales y fiordos del extremo sur del país, hoy radicados en Puerto Edén, región de Magallanes.
Ruiz comenzó este trabajo de creación en el 2010 cuando tuvo la oportunidad de ver el documental “ Última Esperanza” , el que relata la situación de la etnia, su indeclinable proceso de extinción, su nivel de deterioro , junto a la experiencia de vida de la última Kawésqar pura, Luisa Edén.
En ese año comienza su proceso de escritura en un taller de dramaturgia, iniciativa que retoma el 2012 cuando es invitada por el Parque Cultural a participar en la residencia “Indicios de teatralidad” que impartió el destacado dramaturgo Juan Radrigán.
Durante una tercera etapa fue puliendo la obra, trabajo que pudo afinar apoyada posteriormente por el propio Radrigán, gracias a una beca de dramaturgia del Fondo del Libro que se adjudicó.
El abismo de los pájaros, la residencia
Con el texto desarrollado, la directora del montaje que llamaría “El Abismos de los Pájaros”, postula a un nuevo fondo para poner en escena la obra, ganándoselo nuevamente lo que da cuenta de la calidad del proyecto, su afán pedagógico y su futura realización sobre las tablas.
Con este auspicioso escenario ingresa a principios de año al Parque para efectuar una residencia que culminará con el estreno de la obra en julio próximo. Desde entonces y, acompañada por un completo equipo de profesionales, ha ido avanzando, escogiendo al elenco, realizando audiciones para algunos personajes, estudiando y ensayando arduamente.
La primera pasada
El pasado miércoles 4 de junio, en las salas de ensayo del edificio de Transmisión, se reunió todo el equipo de trabajo, más algunos invitados del Parque, para desarrollar y presenciar lo que fue la primera pasada de la obra, fin de una primera etapa.
Se pudo percibir una ambientación y sensibilidad que trasladaba a lugares de frío intenso y sacrificada vida, todo acompañado de un acucioso trabajo actoral y una música ambiental en vivo evocando los fríos canales del sur del país, interpretada por Claudio Clavija.
En un par de semanas más, el trabajo pasara a su segunda fase consistente en trabajar con la escenografía y parte del vestuario, para ir desarrollando los personajes y delineando el espacio escénico en el mismo teatro.
El gran día del estreno está fijado para el 31 de julio, momento en el cual podremos observar un montaje que nos llevara a esos recónditos parajes del sur de Chile y a ser testigos de la inevitable extinción de esta noble etnia, los Kawésqar.
Reseña
El abismo de los pájaros, es un pasaje al sur de Chile, un lugar de difícil acceso, último reducto donde habitan un número de no más 12 hombres y mujeres de una cultura milenaria que se extingue, los últimos: los kawésqar. La obra cuenta la historia de Sergio, abogado que viaja a la localidad de Yetarke, en Puerto Edén, para reunirse con una mujer indígena, Luisa Edén. Su objetivo es que la mujer indígena acceda a la venta del terreno donde vive.
Ficha artística
Dirección y dramaturgia: Fabiola Ruiz.
Elenco: Marisel Muñoz, María Angélica Luzzy, Gonzalo Dalgalarrando y Cristian Díaz Sánchez.
Escenografía: Daniel Fuentes
Iluminación: Jorge Espinoza
Vestuario: Valentina San Juan
Música: Claudio Clavija
Producción: Claudio Rodríguez
Los Kawésqar
La cultura Kawéskar poco pudo hacer frente al contacto con las tripulaciones de los barcos y los chilotes que se aventuraban por los canales australes para cazar lobos marinos. El establecimiento de un puesto naval en Puerto Edén -en la isla Wellington- a fines de los años treinta aceleró más aún la desintegración social producto de las enfermedades y la progresiva aculturación. Radicados en Puerto Edén viven hoy los últimos descendientes de los Kawésqar, ya casi indistinguibles de los chilotes que se han asentado en la zona.
Los Kawésqar creían en un ser supremo llamado Xolas, creencia religiosa que se asemeja a las de sus vecinos selk’nam, yámanas y aónikenk. Practicaban el chamanismo, así como también ceremonias de iniciación a la pubertad (kálava) y ceremonias secretas masculinas (yinchihawa). Sin embargo, cuando entre 1946 y 1948 los visitó el etnólogo francés Joseph Emperaire, el imaginario religioso Kawésqar estaba dominado por Ayayema, el espíritu maléfico de los pantanos que controlaba las tormentas y se llevaba a los hombres a su reino de muerte y podredumbre.