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Caminata de coreógrafos como preludio al Día de la Danza

3/Abr/2012

El pasado sábado 31 de marzo realizamos la primera acción relacionada con la celebración del Día Internacional de la Danza, cuya fecha instaurada por la UNESCO es el 29 de abril. El Parque Cultural de Valparaíso en conjunto con el Área de Danza del Consejo de la Cultura y las Artes,…

El pasado sábado 31 de marzo realizamos la primera acción relacionada con la celebración del Día Internacional de la Danza, cuya fecha instaurada por la UNESCO es el 29 de abril.

El Parque Cultural de Valparaíso en conjunto con el Área de Danza del Consejo de la Cultura y las Artes, invitó a 24 coreógrafos  (llegaron más de 30) de diferentes lugares del país a una caminata inter cerro que comenzó en el cerro Alegre por senderos, escaleras y pasajes hasta el cerro Cárcel, llegando hasta el Parque.

El recorrido partió en la escalera que conecta la calle Capilla con la quebrada Miraflores. Desde allí, la columna de gente de danza se dirigió a la quebrada Elías y subió a la plazoleta de la antigua cárcel por el pasaje Daneri. Esto era el umbral de la visita. Era importante hacer vivir a los coreógrafos de fuera de Valparaíso, la experiencia de senda, de quebrada, de ascenso.

En este caso, el guión de senda, por llamarlo de algún modo, fue concebido por PLANCERRO, que es un grupo de arquitectos que trabajan sobre memorias territoriales cercanas, es decir, próximas a las “derivas” cotidianas de los habitantes. Era importante para el equipo del PCdV acoger a los coreógrafos en su visita de terreno, con esta caminata, para luego ofrecer el acceso a las instalaciones del mismo, entendidas como soporte de trabajo, para las realizaciones que tendrán lugar el domingo 29 de abril.

La actividad tuvo por objetivo estimular el trabajo compositivo de los artistas de la danza vinculándolos con la natural escenografía de los cerros de Valparaíso. La idea fue experimentar desde la mirada creativa de un artista de la danza contemporánea, la presencia del cuerpo en un espacio particular, definiendo lo que podríamos llamar una “coreografía porteña”.

La caminata despertó la experiencia sensorial, perceptiva y técnica de los creadores a través del desplazamiento corporal y colectivo por estos espacios. Pretendía la actividad, en el fondo, una “provocación” estética y quinésica.

El PCdV ha sido concebido como un soporte de trabajo coreográfico. No solamente sus salas especialmente destinadas para la danza, sino su espacio arquitectónico propiamente tal. Esto significa un cambio en el modo como debe ser concebido un día conmemorativo de una práctica artística. El aspecto ceremonial está directamente ligado a avances formales y el rito de estar juntos, entre coreógrafos, es un asunto de la mayor importancia.

Un momento cúlmine en este recorrido fue cuando hizo su arribo al PCdV la maestra Carmen Beuchat. Esto fue una ocasión donde la emotividad del encuentro cerró una experiencia de trabajo que se caracterizó por la hospitalidad.