Nuevamente, el Parque Cultural de Valparaíso – Ex Cárcel abrió su escenario al público, cautivando con esta obra que explora temas tan significativos como la homofobia en tiempos de dictadura, entrelazados sutilmente con la historia y la identidad de nuestro país. Este montaje, basado en el relato “Bandera hueca” del activista Víctor Hugo Robles, se alza como un reflejo poderoso de las luchas y resistencias de las disidencias sexuales a lo largo de la historia.

El director José Antonio Luer reflexiona sobre su proceso creativo, enfatizando cómo utiliza la estética visual para transformar sus ideas en una combinación de imagen, sonido y ritmo. Explica que su dirección organiza esta estética mientras explora temas contemporáneos vinculados a las estructuras patriarcales. Así, la obra se convierte en un ejercicio sensorial completo, donde la iluminación, el sonido, la puesta en escena y el vibrante color rojo del escenario contribuyen a dejar una impresión potente en el público.

El impacto de la obra en el público ha sido notable. Al salir de la función, una de las espectadoras manifestó que “me dejó pensando en lo superficial que hemos sido como sociedad, en nuestra indolencia (…) esto te hace reflexionar sobre la historia de nuestro país, sobre cómo se ocultan las cosas, sobre el maltrato. Es una obra muy potente.”

Estas palabras destacan cómo “Beso Marica en Jauría de Perros” no solo toca fibras sensibles, sino que también impulsa a los espectadores a cuestionar el pasado de nuestro país y a reconocer las profundas heridas que las minorías han sufrido a lo largo de la historia.

Luer también destaca la resiliencia de La Bóveda Celeste, que él prefiere definir como un espacio creativo antes que una compañía tradicional. En los últimos años, ha tenido la fortuna de recibir financiamiento del Fondo de Artes Escénicas,Convocatoria 2024, del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio; lo que ha sido crucial para su funcionamiento. Sin embargo, Luer afirma que, incluso sin estos fondos, “aún seguiría resistiendo frente a la precariedad.” Este compromiso con su arte demuestra la dedicación y pasión que lo motiva, incluso en momentos difíciles.

La obra culmina desnuda ante la mirada atenta del público. En este final, cargado de simbolismo, la obra recuerda que, ante la adversidad, el amor siempre prevalece, pues “Un beso marica sobrevive para siempre.”