19/Ago/2014
La muestra Colosal, que se encuentra hoy radicada en la Sala de Artes Visuales del Parque, podrá ser visitada hasta fin el 31 de agosto. Si bien terminó una intensa serie de conversatorios aún se puede apreciar un interesante relato de iniciativas que se gestaron, concretaron y algunas que todavía…
La muestra Colosal, que se encuentra hoy radicada en la Sala de Artes Visuales del Parque, podrá ser visitada hasta fin el 31 de agosto. Si bien terminó una intensa serie de conversatorios aún se puede apreciar un interesante relato de iniciativas que se gestaron, concretaron y algunas que todavía perduran en los cerros siniestrados en el colosal incendio del pasado 12 y 13 de abril.
Para comprender esta compleja pero contundente muestra, compuesta por varios programas desarrollados de manera paralela y en forma independiente, pero que finalmente van hilvanados por la idea común que imaginaron los tres gestores de esta iniciativa: Gregorio Garretón, Gastón Reinoso y Justo Pastor Mellado, comité organizador de esta particular muestra.
A continuación un extracto de un artículo que escribieron respecto a Colosal:
“El incendio del 12, 13 y 14 de abril fue calificado por nosotros como una CATÁSTROFE COLOSAL. Pero esta denominación la recogimos de las declaraciones de eminentes investigadores, que además, son profesores de muchos de ustedes. Son profesores que desde hace décadas han venido advirtiendo a las autoridades sobre la fragilidad de nuestro sistema de vida.
La primera respuesta de la sociedad civil ante la emergencia fue la que definió el voluntariado de los estudiantes. En esos días, alguien dijo que esta había sido la más grande marcha de estudiantes. No es broma. Pero la marcha ya había comenzado. No pretendo desmerecer a nadie, pero los estudiantes de arquitectura de Valparaíso poseen una relación estructural con la ciudad, porque ha habido, se ha instalado aquí una enseñanza que ha construido un sistema de relevamiento, de observación, de etnografía “de pacotilla”, que ha logrado montar un método porteño de percepción del territorio. Digamos, incluso, que la ciudad es el laboratorio privilegiado de la enseñanza de arquitectura, porque es aquí donde se exponen los más grandes desafíos de la vernacularidad sistematizada, por el discurso académico, y por el discurso de la normalización, tanto de los títulos de dominio como del dominio de los títulos.
Hay que relevar este hecho fundamental que en estos últimos días ha sido puesto en duda. Los estudiantes dieron una de las primeras respuestas luego del Incendio y junto a los mismos habitantes de los cerros, lograron conformar una masa crítica a escala urbana. Este fue el momento preciso en que la Universidad abrió sus puertas para salir a la calle a MANIFESTAR su interés por el desarrollo de la ciudad. Manifiesto hecho con manos en la tierra, en apoyo del resto de ciudadanos.
Sin embargo, esta situación ha planteado una importante pregunta: ¿qué ocurre con este vínculo validado entre las dos masas críticas? Vínculo que existió durante los primeros días después de la catástrofe y que poco a poco decantó en iniciativas de “reconstrucción” para los habitantes afectados. Reconstrucción que se realizó y se seguirá realizando en los más diversos aspectos de la vida estudiantil así como también de las más diversas carreras.
Lo que cabe ahora, como una gran oportunidad para reformular el modo de habitar la ciudad, es PROYECTAR el futuro de Valparaíso. Como estudiantes, como masa crítica, como futuros arquitectos, sosteniendo este vínculo amplio e incluyente entre sociedad, cultura, academia y vida humana.
Este es el desafío para COLOSAL, como un momento y un lugar de decantación y de convergencia de proyectos, de discusión de ideas acerca de cómo reconstruimos la trama urbana.
La idea es que el PCdV sea el lugar que alberga este encuentro de ideas e iniciativas para Valparaíso”.