3/Oct/2013
En agosto de 1973 un grupo importante de marinos fue culpado de sedición, fueron encarcelados y vivieron el golpe tras las rejas sin poder manifestarse, menos oponerse. Fueron torturados por sus propios compañeros de armas y deambularon contra su voluntad por campos de concentración y cárceles públicas. Este sábado 5…
En agosto de 1973 un grupo importante de marinos fue culpado de sedición, fueron encarcelados y vivieron el golpe tras las rejas sin poder manifestarse, menos oponerse. Fueron torturados por sus propios compañeros de armas y deambularon contra su voluntad por campos de concentración y cárceles públicas.
Este sábado 5 de octubre a las 11 de la mañana se lanza el libro de Jaime Espinoza, “El Deseo de Vivir”, que narra las aventuras de un marino en isla Quiriquina, Punta Arenas y Valparaíso, pero que en 1973 se le acusa de sedición y motín en el juicio contra los marinos constitucionalistas que se oponían al Golpe Militar, tras lo cual lo llevan detenido en Quinta Normal, luego estuvo en la cárcel de los marinos Silva Palma, después en la cárcel pública de Valparaíso, finalmente en los campos de concentración de Isla Riesco y de Puchuncaví.
Sin bien rechazaba los planes sediciosos de la Armada para derrocar a Allende, no formaba parte oficialmente del grupo de los marinos constitucionalistas y su oposición era netamente personal. Sin embargo, sufrió los mismos rigores de reclusión, vivió los mismos apremios y estuvo a un paso de la muerte.
“Me opuse a matar compatriotas, ya que consideraba que ello conllevaría a una guerra civil entre hermanos, por eso relato en este libro las tremendas consecuencias que tuve que pagar por esa osadía” señala Jaime Espinoza quién sufrió los horrores de la dictadura entre julio de 1973 y diciembre de 1975.
Quiero dedicar este libro, continúa Espinoza, a todos los marinos que estuvieron conmigo en los campos de concentración, los que logramos sobrevivir a tan terribles suplicios y que en esos momentos estábamos unidos, como hermanos, como una sola familia, dándonos apoyo y ayuda moral, la que nos servía como un aliciente, como un bálsamo para curar nuestras heridas físicas y psicológicas.
No obstante, el autor señala que lo vivido en esos dos años de reclusión, para luego salir del país para huir de la violencia y de la persecución oficial, dejó daños imborrables, heridas del alma que no se curan y no se pueden olvidar.
Marinos Constitucionalistas
En agosto de 1973 un grupo importante de marinos fue culpado de sedición, fueron encarcelados y vivieron el golpe tras las rejas sin poder manifestarse, menos oponerse. Fueron torturados por sus propios compañeros de armas y deambularon contra su voluntad por campos de concentración y cárceles públicas.
La gran mayoría de ellos partieron al extranjero y han comenzado poco a poco a volver a su tierra natal, se han juntado en el Parque Cultural de Valparaíso e inclusive repusieron la placa conmemorativa en el edificio de Transmisión, ex galería de reos, lugar el que muchos de ellos estuvieron recluidos.