18/Mar/2013
Esta es una fotografía panorámica que recoge a cabalidad la disposición de las obras en la fase exterior del Parque. La exposición en sala es de otro carácter y requiere de otro relato. De igual forma, las intervenciones en el Estanque y en cerro Monjas. En esto consiste la totalidad…
Esta es una fotografía panorámica que recoge a cabalidad la disposición de las obras en la fase exterior del Parque. La exposición en sala es de otro carácter y requiere de otro relato. De igual forma, las intervenciones en el Estanque y en cerro Monjas. En esto consiste la totalidad compleja de Of Bridges and borders en el PCdV. Desde la izquierda hacia la derecha se impone el barrido polarizado entre las piezas de Erick Beltrán y de Ai Wei Wei. ¿Cuál es el punto? La noción de frontera y la moción de orden de los relatos de impresión. Ambas obras son efectos impresivos de gran formato que remiten a la puesta en edición de imágenes en conflicto; por una parte, conflictos pasionales entre los hombres y los dioses; por otra parte, conflictos de representación del territorio de los nombres.
Esto no es pintura mural, sino edición de superficie. Es decir, collage y envoltura. De todos modos, cuestión de piel. Primera línea de defensa de las representaciones del lugar. El paisaje expandido del PCdV se lee como las páginas de un libro, en que las imágenes se hacen sombra y proyectan sus resentidas referencias sobre las condiciones de legibilidad del lugar.
Entre ambas piezas, la excavación de Eduardo Basualdo, a pocos metros de la eruptividad del Polvorín. Lo cual nos conduce a pensar que la excavación reproduce el calce de la ruina patrimonial. En este caso, la excavación es una ruinificación de la memoria, por sí misma. Y retoma la continuidad inédita de las obras desplazatorias más significativas del arte chileno de los años ochenta. Es decir, ¿Cómo no pensar en las excavaciones de Silvio Paredes, en el patio de la Escuela de Arte de la PUC, como expansión del curso de Eduardo Vilches? Eso era un desplazamiento de las técnicas clásicas del grabado: incisión monumentalizada a la medida de lo que el cuerpo desparecido exigía. En este caso. Eduardo Basualdo dispone los restos que siempre han faltado a la cita de las certificaciones. Y ese es un gesto que conmociona las condiciones de recepción de la pérdida, señalando dicho lugar como un yacimiento de dolor inconmensurable.
JPM