Hace un par de días, el director general del Parque, Justo Pastor Mellado, viajó a Antofagasta a colaborar en la residencia que realizó el artista visual, Fernando Prats, quien próximamente estará montando su trabajo en el PCdV. En su paso por la perla del norte el director se reunió con la Revista Fill y, en conjunto, visitaron el compeljo habitacional Huanchaca-Caliche, hoy Torres Pérez Zujovic. Bloques sesenteros que han tenido un buen pasar como edificación pública. Son enormes y complejos, dotando a la ciudad de una impronta particular. Reunirse con ellos y abordar cuestiones similares a las nuestras, preocupaciones por la ciudad y territorio, fue una buena transferencia de información y conocimiento.

Además, hace tan sólo unos días, Mellado, terminó de impartir un ciclo de clases a alumnos de arquitectura de la Universidad de Talca. Ayer no más, estuvo en el lanzamiento del Festival Puerto Ideas en Santiago. Estuvo, hace unas semanas, viajando a Chillán asesorando la restauración del mural del mexicaco González Camarena. Estuvo en Buenos Aires en los preparativos del lanzamiento de un libro. Como parte de la Comisión Nemesio Antúnez, participó en la elección de una escultura para el aeropuerto de Iquique, concurso que finalmente declararon desierto.

Desplazamientos de Justo Pastor que van expandiendo la teoría del Parque y estableciendo nexos necesarios que finalmente conlleven a fortalecer la principal misión del Parque, realzar las prácticas artísticas locales. Con estos desplazamientos del director, cual obispo pentecostal, se instala el Parque, se recojen experiencias y se elaboran exposiciones, clínicas y residencias que, tomados por la escena porteña, motiven y eleven sus capacidades.