El Parque Cultural de Valparaíso – Ex Cárcel abrió sus puertas a las comunidades en 2012 como un espacio cultural. En 2019 fue declarado Sitio de Memoria por el Estado de Chile, que además reconoció en sus dependencias dos Monumentos Nacionales: la Casa de Pólvora y la ex Galería de Reos.

Frente a la controversia generada en medios por la presentación del libro Un paso al frente, de Mauricio Hernández Norambuena, el Parque Cultural de Valparaíso – Ex Cárcel declara lo siguiente:

Cada mes de septiembre, el país reflexiona sobre los graves conflictos políticos ocurridos en el pasado. Desde distintos sectores se entregan visiones acerca de los hechos en torno a la dictadura cívico-militar. En este contexto, nuestra institución abre sus espacios para la reflexión de esas diferentes miradas, de modo que sea la propia comunidad quien llegue a sus conclusiones.

La cultura y los procesos de lectura histórica deben dar cabida a todas las voces involucradas, sin discriminación alguna. La historia es un relato colectivo en construcción y no debe cerrarse a ningún protagonismo; de lo contrario, corre el riesgo de escribirse de manera sesgada, inconclusa o faltando a la verdad.

En este sentido, reafirmamos que la presentación de un libro —independiente de la valoración que cada persona pueda tener sobre sus contenidos— constituye un ejercicio legítimo de libertad de expresión y circulación de ideas, pilares fundamentales de toda democracia. La actividad no representa un homenaje ni una apología, sino la puesta en circulación de un texto que forma parte del debate histórico y cultural de Chile.

Cabe recordar que fue el propio Estado de Chile quien reconoció y documentó las condiciones que se relatan en los sitios de memoria. Por lo mismo, es coherente que sea el mismo Estado, en su lógica de reparación y de garantías de no repetición, quien promueva los espacios para dicha discusión, más allá de las condiciones particulares de los protagonistas involucrados.

Como institución cultural, colaboradora del Estado de Chile, promotora de los derechos culturales para todas las comunidades y sitio de memoria, nuestro mandato es resguardar la memoria, promover el diálogo democrático y garantizar la diversidad cultural. Negar estos espacios sería desconocer dicho compromiso. Solo mediante el acceso plural a distintas narrativas podremos avanzar hacia una democracia más sólida y una cultura más inclusiva.