3/Dic/2015
Uno de los desafíos más grandes, no la única claro está, que tiene el Parque por delante es armar una programación de actividades para el año 2016 que pueda dar cabida a todas las expresiones artísticas.
Uno de los desafíos más grandes, no la única claro está, que tiene el Parque por delante es armar una programación de actividades para el año 2016 que pueda dar cabida a todas las expresiones y que venga a llenar ese grado de expectativa que existe en el ambiente artístico regional.
Cómo el Parque articula una programación amplia, que refleje el carácter regional del recinto y que a la vez represente las inquietudes de muchos y muchas que tienes sus ojos clavados en lo que podamos levantar, es un tremendo desafío.
Por ello, y sin perder tiempo, la nueva dirección del Parque que asumió recién a fines de septiembre, levantó una estrategia de trabajo consistente en armar mesas de trabajo por área artística, invitando a representantes por disciplina que han comenzado a reunirse y trabajar para levantar una propuesta.
Sin duda, este sano ejercicio participativo no sólo busca incluir la mirada de los artistas regionales sino que también cambiar el foco de cómo se hacen las cosas al interior del Parque Cultural.
Quizás puede ser un proceso un poco más lento que puede se vea afectado por la variedad de miradas, pero esto no los vemos como un problema o un escollo, muy por el contrario, desde que asumió la nueva dirección se ha señalado con firmeza que este Parque no es unos pocos, sino que de todas y todos, y que nos pertenece, que es nuestro.
Entonces, si ya levantamos un sentido de pertenencia y le agregamos una complicidad editorial, haremos de estas instancias de trabajo un sistema de participación validado por los propios actores que la integran, haciendo de este tremendo centro cultural, no sólo un nicho de creación y producción, sino que también un espacio de inclusión en donde entramos todas y todos.