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Día del Cine Chileno, discriminación y pandemia: espejo de nuevas realidades sociales

21/Jun/2020

George Floyd, quien cargaba sobre su cuerpo las “marcas” de ser negro y afrodescendiente, ha sido el símbolo mundial de la lucha contra el racismo en este escenario de pandemia. Su asesinato recorrió el mundo y copó los noticiarios de los últimos días, exhibiéndonos una vez más, con la brutalidad…

George Floyd, quien cargaba sobre su cuerpo las “marcas” de ser negro y afrodescendiente, ha sido el símbolo mundial de la lucha contra el racismo en este escenario de pandemia. Su asesinato recorrió el mundo y copó los noticiarios de los últimos días, exhibiéndonos una vez más, con la brutalidad de siempre, las realidades que viven y han vivido muchas comunidades que conviven en minoría entre culturas hegemónicas en distintos países del globo.

La distinción blanco/negro y su naturalización, como base histórica del problema, nos interpela a generar diálogos desde distintas posiciones y miradas multidisciplinares para la búsqueda de respuestas. Mejor aún, para el desarrollo colaborativo de propuestas que permitan fortalecer el respeto, la dignidad, la presencia y participación activa y como pares de esa rica y basta otredad en nuestras comunidades, con un enfoque de interculturalidad, que incluya a las diversas culturas de manera equitativa e integradora sobre la base del diálogo y el respeto mutuo *1.

El arte y sus distintos lenguajes manifiestan la cultura y sus diversas expresiones, referidas a las maneras que tenemos de vivir juntos. Particularmente el cine nacional, en los últimos veinte años, ha buscado reflejar, como un espejo, la realidad social, política, económica y cultural que vive nuestro país con memorables y premiadas producciones, cuyo propósito ha sido problematizar temáticas tanto complejas como disruptivas, relevando así el lugar del arte y su función política en la sociedad. Jaques Rancière (2010) *2 explica que la experiencia del arte no es pasiva- contemplativa, sino que a través de la mirada del hecho artístico se tiene el poder de asociar y disociar, construir y reconstruir, significar y resignificar nuestra experiencia del mundo. Ello implica también la ruptura de los espacios sensibles para poder crear en cualquier individuo la posibilidad de una experiencia estética *3 . De esta forma, el arte, por sus características, es una herramienta fundamental para la denuncia y la transformación social.


En Chile, tanto el estallido social como la emergencia sanitaria, producto de un virus que nos llegó desde muy lejos, han evidenciado la profunda crisis social que nuestro propio sistema auto- reproduce. Estos otros virus no vienen desde lejos, son el resultado de un modelo capitalista que enajenó nuestra cultura; es decir, nuestras formas de vivir y convivir y que hoy debe convocarnos a repensarnos y reinventarnos. Si en algo miles coincidimos es que después de esta emergencia nada puede ser igual, con mayor o menor esperanza, con nuevos horizontes posibles pero siempre desde el sentido colectivo. Nunca más desde lo individual. El racismo, la xenofobia, la discriminación, la violencia contra las mujeres, el abuso de adultos mayores, la desigualdad social, han causado más muertes en el mundo que el propio coronavirus y se agudizan como consecuencia evidente de esta pandemia mundial.

En estas horas nos remueven las imágenes de migrantes durmiendo fuera de las embajadas, rogando por volver a sus países en este contexto de pandemia, porque ellos y ellas han llegado a nuestro país buscando mejores expectativas de vida, dada las condiciones de pobreza o violencia que han padecido en sus países ¿Y con qué se encuentran? Xenofobia que se apodera de una sociedad con distanciamiento y fronteras que se trazan como muros de protección de nuestro territorio físico y simbólico; construimos todo tipo de imágenes, representaciones y estereotipos sobre los migrantes. Es, a lo menos impactante, revisar los datos de una encuesta realizada por el Centro de Estudios Públicos (CEP) *4 entre abril y mayo de 2017 a ciudadanos/as chileno/as, que muestra que el 40% de la población piensa que los/as inmigrantes les quitan los trabajos a las personas nacidas en Chile y el 41% está de acuerdo en que ellos y ellas serían responsables de elevar los índices de criminalidad en el país. Sólo el 35% estuvo de acuerdo en que los inmigrantes mejoran la sociedad chilena trayendo nuevas ideas y culturas.

Los datos confirman este imaginario social sobre los/as migrantes, especialmente sobre los/as negros/as, que circula entre chilenos/as. Ello tiene consecuencias directas sobre la realidad que viven y la constante precarización laboral, criminalización y marginación de nuestro sistema social, con absoluta vulneración de derechos, cuestión que no es nueva en nuestra historia nacional y que se prolonga desde la colonia y la fundación del Estado Nación ¿Cómo promovemos la construcción de un nueva relación, articulación y diálogo entre diferentes? Sólo con respeto, legitimidad, simetría e igualdad y a través de un proyecto político, social, ético, epistémico y educativo que asuma la descolonización como estrategia y acción. De esta forma, la reciprocidad y el afecto son las bases para la construcción de las identidades migratorias, esfuerzo necesario, especialmente en sociedades poco tolerantes a la diversidad como en la que vivimos.

Son nuestros espacios laborales, familiares, académicos, barriales, entre otros, los lugares de convivencia desde donde debemos aportar a esta discusión, fomentando, especialmente, el
encuentro y la interacción entre culturas, que permitan crear nuevas formas que integren significados propios y nuevas otredades. La integración, a diferencia de la asimilación, implica que ejerzan el derecho a conocer su cultura de origen y que esto suceda en el contexto local, de este modo, se refuerza una identidad y un sentido de pertenencia transnacional (Imilan, 2014) *5 . Esperamos que la nueva vida en común, la nueva cultura post-pandemia, nos remueva de todos estos prejuicios y discriminaciones, para convivir con otra solidaridad, con mayor creatividad y mayor integración, porque como dice Tony Puig la cultura siempre, siempre nos propone cómo queremos vivir y convivir *6.

Desde el Parque Cultural de Valparaíso, en el Día del Cine Nacional, compartimos con ustedes la película chilena “Perro Bomba”, que relata la historia de  Steevens, un joven migrante haitiano que vive en Chile y su vida se desestabiliza cuando llega su amigo Junior. Esta iniciativa se realiza en conjunto con Insomnia Teatro Condell, impulsando una campaña a beneficio a nuestrxs amigxs, quienes con la emergencia sanitaria han cerrado sus puertas, paralizando el ingreso mensual que les permitía sustentar los costos de mantención del espacio. Sabemos que para nuestra comunidad esta Sala de Cine y colectivo de trabajo es fundamental en la difusión del cine chileno y tenemos la convicción también de que esta crisis requiere de la complicidad y fraternidad entre todos los/as actores del sector cultural de nuestra región. Sólo así la solidaridad se hará carne, piel, espíritu y movimiento.

1 UNESCO, 2005. Artículo 4.8 de la Convención sobre la Protección y la Promoción de la Diversidad de las Expresiones
Culturales
2 Rancière, J. (2010) El espectador emancipado. Castellón: Ellago ediciones.
3 Yazigi, C. AISTHESIS Nº 50 (2011): 277-280 · Instituto de Estética – Pontificia Universidad Católica de Chile

4 https://www.cepchile.cl/cep/site/artic/20170601/asocfile/20170601155007/encuestacep_abr_may2017.pdf

5 Imilan, W. 2014. Restaurantes peruanos en Santiago de Chile: construcción de un paisaje de la migración. Estudios Sociales 48:15-28

6 https://www.tonipuig.com/assets/2-(1)-ahora-en-el-post-coronavirus.pdf.marzo-mayo 2020.pdf

Declaración Pública

29/Sep/2018

En el contexto de la agresión física y verbal hacia un trabajador del Parque Cultural de Valparaíso por parte de un integrante del Centro Cultural Playa Ancha, con ocasión de la imposibilidad de disponer el Parque Cultural de determinados espacios para el desarrollo de talleres que forman parte del  Carnaval…

En el contexto de la agresión física y verbal hacia un trabajador del Parque Cultural de Valparaíso por parte de un integrante del Centro Cultural Playa Ancha, con ocasión de la imposibilidad de disponer el Parque Cultural de determinados espacios para el desarrollo de talleres que forman parte del  Carnaval Mil Tambores, y habiéndosele ofrecido distintas alternativas de uso de espacios que fueron rechazadas por el mencionado integrante y ocasionaron este reprochable incidente, el Directorio de la Asociación Parque Cultural de Valparaíso señala lo siguiente:

El Parque Cultural de Valparaíso es un espacio ciudadano de encuentro, formación, creación e intercambio de diversas expresiones artísticas, culturales y comunitarias que dan origen a la producción de bienes y servicios culturales, que se visibilizan y difunden a nivel local, nacional e internacional. Por tanto,  las múltiples actividades desarrolladas en este espacio,  deben convivir de manera armónica para favorecer el bien común y el respeto al otro.

En ese espíritu, este Directorio rechaza todo acto de violencia en cualquiera de sus formas ya que atenta contra las expresiones artísticas y culturales, que son manifestaciones  del ser humano y que poseen la cualidad de impactar de manera positiva a nuestra sociedad. De este modo, no respalda la violencia ni como medio ni como fin, en tanto  impide la realización de las personas y dificulta la obtención de sus necesidades fundamentales.

Así mismo, este Directorio no acepta acciones que intenten imponer la voluntad por sobre el otro, a  través de la violencia y  la vulneración de derechos tanto de sus trabajadores como de la comunidad que disfruta de este espacio, en tanto ello atenta contra las normas y  principios de convivencia que rigen a esta institución y, sin duda, afectan el normal funcionamiento y programación de las diversas actividades artísticas, culturales y comunitarias que caracterizan al Parque Cultural de Valparaíso.

Finalmente, cabe reiterar que este  Directorio promoverá siempre que la relación con la comunidad artística y cultural se inspire en prácticas éticas y en valores como la tolerancia, la responsabilidad, la honestidad y en actuaciones que contribuyan a enraizar los principios de  reconocimiento al otro, de respeto a lo diferente y en la valoración de la convivencia armónica y pacífica para el bienestar de todas y todos.

Asociación Parque Cultural de Valparaíso

 

Todas y todos debemos cuidar nuestro Patrimonio

18/May/2016

Un nuevo incendio afectó a una propiedad histórica de Valparaíso. Esta vez, el fuego consumió por completo un antiguo edificio ubicado entre las calles Márquez y Bustamante, dejando 23 damnificados y destruyendo ocho locales comerciales. Se presume que las causas fueron eléctricas y la rápida propagación se debió a la…

Un nuevo incendio afectó a una propiedad histórica de Valparaíso. Esta vez, el fuego consumió por completo un antiguo edificio ubicado entre las calles Márquez y Bustamante, dejando 23 damnificados y destruyendo ocho locales comerciales.

Se presume que las causas fueron eléctricas y la rápida propagación se debió a la falta de cortafuegos interiores que fueran capaces de contener la violencia del fuego. De hecho, el fuego se inició en el primer piso y se propagó rápidamente hacia el tercero, dando cuenta del libre tránsito de los gases calientes en su interior.

Más allá de las causas, es necesario reflexionar acerca de la manera en que se protege el patrimonio físico de la ciudad y del país. Ante la carencia de fiscalización en estas propiedades, se suma el uso inadecuado que muchas veces se les da, así como la falta de mantención por parte de sus propietarios. A lo anterior se suma de la falta de información con que cuentan los bomberos, que no cuentan con planimetrías o información actualizada de los edificios.

Si bien es cierto que los barrios históricos son lugares vivos, donde se desarrollan actividades como en cualquier otro lugar, no es menos cierto que estas propiedades fueron diseñadas para otros usos, muy distintos a los que se da hoy. Generalmente, en sus inicios fueron residencias que albergaban a una familia. Con el tiempo y con el traslado de esas familias a otros sectores, estos edificios fueron subdivididos para albergar a varias familias y otras actividades productivas, sobrecargando las capacidades reales de la construcción. La innovación de esos barrios, debe ir acompañada de prevención.

Urge pues, que los planes de desarrollo de la ciudad contemplen normativas de prevención y protección del patrimonio mueble, así como se eduque a los propietarios y usuarios en el cuidado efectivo de los edificios, ya que es una responsabilidad compartida de todos el cuidado de nuestro patrimonio.

El Parque Cultural de Valparaíso está desarrollando un inédito plan de protección de bienes culturales, el cual pondrá a nuestra Institución en la vanguardia de la protección patrimonial tanto en el país como en Sudamérica. Con gusto pondremos a nuestros profesionales a disposición de las autoridades para esta gran tarea.

Por último, manifestamos nuestra solidaridad con aquellas personas que se vieron afectadas por este incendio y, de manera, muy especial, por aquellos músicos que ocupaban parte de esas dependencias para sus ensayos y proyectos artísticos.

Ezio Passadore

Miembro del Directorio del Parque Cultural

 

 

Cuando la tragedia se convierte en resiliencia

14/Abr/2016

Comenzamos este segundo trimestre del 2016 con nuevo formato en nuestra revista ( que ya verá la luz) y nuevos entusiasmos para enfrentar la estación melancólica. El otoño austral nos encuentra ya enfrentando los desafíos de un Parque abierto a la comunidad con un aumento importante de visitas y usuarios…

Comenzamos este segundo trimestre del 2016 con nuevo formato en nuestra revista ( que ya verá la luz) y nuevos entusiasmos para enfrentar la estación melancólica.

El otoño austral nos encuentra ya enfrentando los desafíos de un Parque abierto a la comunidad con un aumento importante de visitas y usuarios de este espacio único en la ciudad. Estos desafíos tienen que ver con participación, programación y eficiencia entre muchos otros.

El Parque como espacio inclusivo ha iniciado un programa destinado a lograr en tiempos razonables la accesibilidad en todos sus espacios y actividades a personas con discapacidad de movimiento, ceguera y/o sordera. Con la valiosa colaboración de Instituciones de la región como Senadis Valparaíso; la Escuela de Sordos de Valparaíso; la escuela de ciegos Antonio Vicente Mosquete de Viña del Mar; el Departamento de Arquitectura de la Universidad Santa María y el Club de Leones de Villa Alemana.

Estamos no solo tomando las medidas prácticas (señalización, información en Braille, traducción en lenguaje de señas, etc) sino apuntando a la participación creativa y paritaria de estos ciudadanos no siempre atendidos como tales en su derecho a la igualdad de oportunidades.

Desde luego no se trata sólo de integrarlos a nuestra “normalidad” sino de recibir el mundo creativo que desde sus habilidades diferentes procesa realidades que al común de las personas le son desconocidas. Como dice el texto de Caetano Veloso; “de cerca nadie es normal” y bien saben los historiadores del arte el enorme aporte que han hecho al patrimonio cultural de la humanidad esos “discapacitados sociales” conocidos como “artistas”.

Abril despide “El último día del año”, la extraordinaria retrospectiva de Gonzalo Ilabaca, que ha cosechado consensos de público y crítica, y alberga en la Sala Laboratorio la muestra del fotógrafo Grabriel Ducros sobre el incendio que hace dos años asoló cuatro cerros porteños.

La cultura es la sedimentación de la memoria, es la permanencia a nivel social de milenios de aciertos y errores en la relación entre los seres humanos y de la relación de la especie con la naturaleza, de la que el humano es el mayor conocedor y el gran contradictor.

Las grandes tragedias colectivas, así como las epopeyas sociales forman parte de la identidad de las comunidades humanas, “Valparaíso ciudad de cenizas” es una mirada a un proceso de regeneración que nace de una tragedia y se convierte en resiliencia, en solidaridad, en recuperación del sentido de lo humano, otra demostración de la fundamentada sentencia del gran Francisco Varela; no son las especies más fuertes las que sobreviven, sino las más solidarias.

Caen las hojas, llegan los vientos a nuestro Parque Cultural, el otoño lo recibimos llenos de trabajo, inauguramos cafetería, presentamos nuevo logo, ofrecemos una aún abigarrada programación que, como el logo de marras, irá evolucionando a una editorialidad construida como el nunca fundado Valparaíso, empinándose para ver el mar.

Una pintura que se completa en el acto mismo

1/Mar/2016

Tal vez las vacaciones y su agobiante incumbencia deberían ser parte de un programa de crecimiento cultural. El agotador descanso termina y retomamos una “normalidad” que de normal tiene poco, salvo las gastadas normas en las que se desenvuelve. Tras el satisfactorio balance de “El Parque en Verano”  desde la…

Tal vez las vacaciones y su agobiante incumbencia deberían ser parte de un programa de crecimiento cultural. El agotador descanso termina y retomamos una “normalidad” que de normal tiene poco, salvo las gastadas normas en las que se desenvuelve.
Tras el satisfactorio balance de “El Parque en Verano”  desde la mediana altura del Cerro Cárcel  comenzamos a ser parte y a vivir las realidades de Valparaíso y su región,  este comienzo circular trae para el Parque Cultural de Valparaíso, para la ciudad y el país, un tremendo regalo; la muestra retrospectiva del pintor Gonzalo Ilabaca.
El arte puede plantearnos distintos desafíos y despertar en nosotros variadas reacciones, el de Gonzalo Ilabaca es un ataque masivo a los sentidos, a los afectos, a las certezas.
La pintura de Gonzalo Ilabaca no es un pre-texto, así como sus textos no son una didascalia de sus cuadros, no hay un texto que pueda explicarla o contarla, no espera explicación ni la necesita, es una pintura que se completa en el acto mismo de ponerse en contacto con el espectador…
La muestra retrospectiva, El Último Día del Año nos impone desde el título la circularidad  o espiralidad del tiempo, es un día pero de muchos años, los autoretratos que cada fin de año hace el pintor son el retrato de ese día múltiple de esos muchos días que son uno, de esos muchos retratos que son el pintor.
También su biografía nos habla de viajes y experiencias, de tiempo y espacio que transcurre y se detiene, se adentra en observaciones e introspecciones, todo eso está en esta magnífica retrospectiva, un viajero que recala y sigue viajando desde Valparaíso, una muestra que es un viaje mágico en la siempre asombrada y enamorada mirada de un gran pintor contemporáneo.
Jorge Coulon
Director del Parque

Adiós a un grande, adiós Arnaldo Berríos

1/Feb/2016

Recuerdo haber visto a don Arnaldo con una carpeta bajo el brazo por allá en diciembre de 2014. Estaba sentado en una de las bancas de concreto del Parque, me acerqué y le pregunté en qué andaba, amablemente me respondió que tras los papeles para levantar su postulación al Premio…

Recuerdo haber visto a don Arnaldo con una carpeta bajo el brazo por allá en diciembre de 2014. Estaba sentado en una de las bancas de concreto del Parque, me acerqué y le pregunté en qué andaba, amablemente me respondió que tras los papeles para levantar su postulación al Premio Nacional de las Artes Escénicas, engorroso periplo que el propio actor de más de 70 años andaba realizando, juntando documentación, fotos, datos de giras y armando un currículum pormenorizado de su obra. En esa ocasión, Arnaldo traía todos los papeles para que el Parque levantara su candidatura a tamaño reconocimiento, no sabemos si finalmente presentó su postulación, si habrá contado con todos los papeles, sólo me quedé con el sabor amargo de ver a este artista de dilatada trayectoria recolectando documentos para un premio que de sobra merecía.

Recuerdo la cara joven de Arnaldo en la película “Caliche Sangriento” de Helvio Soto con una desenvoltura abismante, compartiendo escena con Jaime Vadell y sellando una escena memorable en medio del desierto. Esa imagen quedó siempre grabada en mi mente de joven estudiante de universidad, con el tiempo supe que ese actor era porteño y, más aún, playanchino, y que como remache su familia había sido propietaria de un bar al que acudía casi a diario, la Quinta Martínez. Esa historia la supe cuando en un programa de entrevistas para televisión que armamos en el 2013 llamado “Conversando en el Parque”, Arnaldo contaba esta parte de su vida, cuando dejaba su trabajo estable y comenzaba a viajar todos los días a Santiago en busca de su destino, la actuación, y volvía todos los fines de semana a trabajar al restaurant familiar junto a su madre y hermanas. Cómo iba a imaginar que mis años de juerga estudiantil los viví en la misma barra que Arnaldo, muchos años atrás, ocupaba para estudiar sus textos.

Con asombro vi cómo el maestro Arnaldo Berríos derrochaba calidad escénica en cada nuevo proyecto. Le vi cortometrajes y alguna que otra obra con ATEVA y lo vine a encontrar acá, en el Parque Cultural, como uno de los actores de mayor trayectoria a nivel nacional. De hecho, lo vi ensayar arduamente cuando  ya superaba los 70 años en un emblemático proyecto que levantó el Parque, una relectura a la mítica obra “Esperando a Godot” dirigida por el joven Marcos Guzmán y que el propio Berríos ya había interpretado a comienzos de la década del  ‘60.

Hablar de Arnaldo, es hablar también de ATEVA, agrupación teatral de Valparaíso, conjunto de artistas que en esa década sesentera profesionalizaron el teatro en la región y en el país, pasando luego a conformar la primera escuela de teatro en la región.

Hablar de Arnaldo, es hablar de la historia del teatro en el país. El Parque en tanto, tuvo el lujo de tenerlo en los montajes Guía del Hermitage,  Hoy Chejov Hoy, Esperando a Godot y De Rokha, última obra en la que participó demostrando su calidad y profesionalismo que mantuvo hasta el último de sus días.

Por

Richard Muñoz Ojeda

Encargado de Comunicaciones

Inexorablemente otro año se va

30/Dic/2015

La irrupción de la especie humana es muy reciente en la historia de la tierra y la evolución exponencial de las tecnologías (la gran herramienta cultural con que el ser humano contradice la naturaleza) hace de los climas artificiales un invento aún más reciente. Por miles de años los ritmos…

La irrupción de la especie humana es muy reciente en la historia de la tierra y la evolución exponencial de las tecnologías (la gran herramienta cultural con que el ser humano contradice la naturaleza) hace de los climas artificiales un invento aún más reciente.

Por miles de años los ritmos de las estaciones, del desplazarse en el cielo del sol y las estrellas, marcaron la vida de esta especial especie. Las siembras, las cosechas, la abundancia, la escasez, las inundaciones, las sequías, tenían sus ritmos, sus ciclos que el ser humano estudió y aprendió. Aprendió a cazar, a pescar, a navegar, a vestirse, a guardar, a prever, se organizó para vivir en esos y con esos ritmos; hizo fiestas, rituales, desarrolló organización en función de sobrevivir, en un inicio, y de vivir más adelante.

El concepto de año nos lo dio la naturaleza, el sucederse de los fenómenos climáticos y astrales y fue marcando profundamente nuestra cultura con hitos que acompañaban el transcurrir de ese ciclo, que hoy sabemos (hace muy poco) que es el completarse de un giro de la tierra en su órbita alrededor del sol.

Hoy esta especie pone en jaque el hábitat natural y sin mayor preparación, en pocas generaciones, se apresta a vivir dependiendo más de su tecnología que de los ritmos naturales en que se formó durante milenios. Es una aventura fabulosa, qué duda cabe. Nuestra Violeta justamente dio gracias a la vida cuando veía el fruto del cerebro humano. Pero ese salto es a la vez una apuesta complicada. Durante el 2015 superamos en el mundo el número de gentes que viven en ciudades por sobre la población rural, en Chile esa proporción se invirtió hace años y la vida rural ha sido casi reemplazada por el trabajo rural desde la vida citadina. Este cambio radical lo enfrentamos con una cultura de raíz campesina en lo fundamental y con un conocimiento a nivel de usuarios de tecnologías que no comprendemos, de máquinas que no fabricamos, que no reparamos, que no dominamos… Trabajamos para tenerlas hasta que las desechamos cuando hemos trabajado lo suficiente para reemplazarlas.

Los años se asemejan cada vez más y se asemeja cada vez más lo que dentro del año sucede. Una parte de la humanidad ha derrotado el clima, la estacionalidad de las cosechas, las distancias y los límites naturales. Tampoco esa parte de la humanidad parece entender que los que no participan de la fiesta sí pagan los costos de ella sin las herramientas culturales para entenderlo, sin saber por qué los seres humanos han dejado de ser el centro de la civilización para transformarse en su principal problema.

Como sea se cumple otro año e inexorablemente el nuevo comienza a transcurrir, en lo fundamental nuestras cavilaciones en esta época no distan tanto de las de otros humanos en otras épocas, bajo las mismas estrellas, la porfiada esperanza nos sigue dictando un abrazo y un sincero deseo de un año mejor que el que se va.

Por
Jorge Coulon
Director del Parque

Programación participativa

3/Dic/2015

Uno de los desafíos más grandes, no la única claro está, que tiene el Parque por delante es armar una programación de actividades para el año 2016 que pueda dar cabida a todas las expresiones artísticas.

Uno de los desafíos más grandes, no la única claro está, que tiene el Parque por delante es armar una programación de actividades para el año 2016 que pueda dar cabida a todas las expresiones y que venga a llenar ese grado de expectativa que existe en el ambiente artístico regional.

Cómo el Parque articula una programación amplia, que refleje el carácter regional del recinto y que a la vez represente las inquietudes de muchos y muchas que tienes sus ojos clavados en lo que podamos levantar, es un tremendo desafío.

Por ello, y sin perder tiempo, la nueva dirección del Parque que asumió recién a fines de septiembre, levantó una estrategia de trabajo consistente en armar mesas de trabajo por área artística, invitando a representantes por disciplina que han comenzado a reunirse y trabajar para levantar una propuesta.

Sin duda, este sano ejercicio participativo no sólo busca incluir la mirada de los artistas regionales sino que también cambiar el foco de cómo se hacen las cosas al interior del Parque Cultural.

Quizás puede ser un proceso un poco más lento que puede se vea afectado por la variedad de miradas, pero esto no los vemos como un problema o un escollo, muy por el contrario, desde que asumió la nueva dirección se ha señalado con firmeza que este Parque no es unos pocos, sino que de todas y todos, y que nos pertenece, que es nuestro.

Entonces, si ya levantamos un sentido de pertenencia y le agregamos una complicidad editorial, haremos de estas instancias de trabajo un sistema de participación validado por los propios actores que la integran, haciendo de este tremendo centro cultural, no sólo un nicho de creación y producción, sino que también un espacio de inclusión en donde entramos todas y todos.