4/Jun/2015
El pasado domingo 31 de mayo se presentó en el teatro del Parque la obra “Colibrí, un viaje del alma”, montaje escrito y dirigido por Malucha Pinto en tributo a Andrés Pérez. Al final de la función conversamos con ella sobre la emocionante puesta en escena que no dejó a…
El pasado domingo 31 de mayo se presentó en el teatro del Parque la obra “Colibrí, un viaje del alma”, montaje escrito y dirigido por Malucha Pinto en tributo a Andrés Pérez. Al final de la función conversamos con ella sobre la emocionante puesta en escena que no dejó a nadie indiferente.
Entrevistador: Malucha Pinto, actriz, dramaturga, escritora de teatro ¿qué sientes luego de esta presentación acá en Valparaíso, obra que imagino tiene un ruedo en Santiago pero es primera vez que se presenta acá, qué sentiste?
Malucha Pinto: Mucha felicidad porque primero actuar en este teatro es un lujo, es maravilloso porque tiene miles de posibilidades, de hecho varias escenas de la obra las adaptamos a este teatro, pues cómo no aprovechar este espacio maravilloso, es bello realmente, como que a una le dan ganas a venir a montar una obra aquí a este espacio, que es un lujo realmente, o sea hay pocos espacios en Chile , no sólo con esta calidad técnica, sino que es un espacio que ama el teatro, lleno de posibilidades, uno aquí entra y la imaginación explota. Así que muy contenta, hace mucho tiempo que queríamos venir para acá, estamos felices y al principio un poco asustados, si iba a estar lleno o no, pero la gente acudió y rico, un público rico además, muy atento, educado y culto. Qué bonito eso, ir a una ciudad donde hay un público culto, hay un público que sabe ver teatro, muy gratificante para uno.
E: Tu obra estuvo pensada para ser mostrada en la calle, entiendo…
MP: De hecho así partimos, nosotros siempre hacemos teatro de calle porque nos gusta intervenir la ciudad finalmente, estar donde está la gente, poder oficiar el rito ciudadano, generar encuentro, que la gente se encuentre entre sí a propósito de que está recibiendo, dialogando, emocionándose, pensando, sentimos que eso es muy importante en Chile, la gente no va al teatro en general y en realidad es un momento en que hay que ir a la gente, hay que estar con la gente, hay que escuchar a la gente además, y uno como actor, como creador siempre dialoga con el público, todas las funciones son distintas, las hace mucho el público; pero tenemos siempre esa flexibilidad, de ir adaptándonos, si aquí en Valparaíso está este espacio, bueno se adapta la obra a este espacio, pero si fuera en la calle lo hacemos aunque en invierno es muy complicado estar en la calle por el frío, vamos donde está la gente.
E: Malucha, siento luego existo, esta apelación a la emocionalidad, lejos de la racionalidad claramente, está plasmado en ti en este y en otros montajes, es un hilo conductor en tu obra?
MP: Si, yo siento que yo busco un teatro femenino en ese sentido, en el sentido que sea un espacio de emocionarse, que uno entienda desde las emociones también o desde la energía, más intuitiva, más amorosa, no tan racional, esta no es una obra aristotélica causa y efecto, sino que es una obra que se va entendiendo en sus fragmentos, en sus pedazos y me parece importante viajar desde ese lugar, a mí me gusta también indagar en lo luminoso. Me parecen válidas todas las opciones, pero creo que hay que recorrer los espacios de luz y que eso tiene que ver con lo femenino también, tiene que ver con el cuerpo, con el uso del cuerpo, es un teatro muy corporal, muy físico, donde la música juega un rol importantísimo, es casi una ópera esta obra y yo ando en esas exploraciones.
E: Finalmente para cerrar esta mini entrevista, esta consigna tuya de teatro para el pueblo, también es una apuesta tuya de abrir esta disciplina a la mayor cantidad de gente posible, sin embargo al principio en esta entrevista hablaste de un público culto, pero también de llegar a otro tipo de gente…
MP: Llegamos a todo el mundo nosotros y nos adaptamos a todos los públicos y a todos los espacios, lo que pasa que todas las obras que nosotros hacemos son obras que nacen del diálogo con la gente. Para llegar a escribir esta obra o como fue La Pasionaria u otras obras, nosotros siempre primero participamos en distintas comunidades, trabajando, haciendo talleres, escuchando, dando entrevistas, entonces es un teatro muy vivo en este sentido, entre lo que recogemos con la gente, nosotros lo convertimos en teatro y luego volvemos a la gente a seguir conversando porque de eso se trata, aquí hay que armar nuevas conversaciones y bueno, las conversaciones hoy hay que hacerlas en la calle, en el centro comunitario, hay que hacerlas aquí y en todas partes, creo que tenemos que volver a vincularnos, transformar, es un teatro transformador este, es un teatro con un final feliz, queremos hacer obras con finales felices, siento que falta amor en este momento, amor no en el sentido rosado y romántico del yo te amo tú me amas, es la energía amorosa, entonces en esas búsquedas andamos ya hace harto tiempo, buscando, construyendo lenguaje..
E: A propósito de amor, Tomás qué edad tiene..
MP: 27
E: es un poco como este niño que está aquí en escena que parte o que no parte, qué sientes tú con eso con tu hijo?
MP: Mira, después de 27 años…me da mucha risa pues a veces leo “Cartas para Tomás” y digo quién era yo en ese momento, me parece tan ajena…el relato de ese libro, como algo que está tan lejos en el tiempo; hoy el Tomi es el Tomi no más, como es Cristóbal mi otro hijo, o sea, es un hijo de 27 años que tiene su vida, que tiene sus gustos, sus necesidades como todos y su propia vida además, él también está acá viviendo lo que vino a vivir, enfrentando sus propios desafíos, enfrentando lo que le gusta y lo que no, aprendiendo a quererse. Nos encontramos, cuando llegamos los dos de la vida que estamos desarrollando y ahí a veces nos apapachamos y acurrucamos, después yo parto, él parte, como cualquier otro habitante de la casa finalmente.
E: gracias Malucha.
Escuché la entrevista acá: