9/Oct/2012
La conferencia de José Oubrerie en el PCdV el jueves 4 de octubre inscribe la preocupación del PCdV por colaborar con la apertura de un debate local sobre la posición actual de la arquitectura chilena. No se trata solo de contribuir con el esfuerzo académico de la Facultad de Arquitectura…
La conferencia de José Oubrerie en el PCdV el jueves 4 de octubre inscribe la preocupación del PCdV por colaborar con la apertura de un debate local sobre la posición actual de la arquitectura chilena. No se trata solo de contribuir con el esfuerzo académico de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Valparaíso, en el marco de su proyecto Mesesup, lo cual es de por si un avance significativo en la densidad de la reflexión local ya existente, sino de participar en la secuencia de iniciativas que en Valparaíso concentran su atención en los estudios, diríamos post-patrimoniales. Esta sería una denominación para regresar a una reflexión sobre las condiciones de lo pre-patrimonial, en la arquitectura que se ha practicado desde Valparaíso. Para enfrentar la miseria (de lo) patrimonial ha sido necesario volver a pensar en su anticipación. Es por eso que la iniciativa de la Universidad de Valparaíso por asegurar la presencia de José Oubrerie, es una contribución a un debate que estamos elaborando, y que abarca la continuidad de una práctica relativa a las condiciones bajo las cuáles se ha desarrollado la historia de la vivienda social en Chile. Pero no se trata de solo abordar el tema en su generalidad. De hecho, existe una valiosa bibliografía al respecto. Más bien, lo que buscamos es la singularidad referencial de algunas experiencias específicas, como sería la organización, en el 2013, de un coloquio titulado 1010-1020.
Esta iniciativa tiene su origen en la conversación que sostienen, Juan Luis Moraga y el director del PCdV durante una de las sesiones de cocina porteña, que se llevaron a cabo en mayo pasado. El contexto de la conversación era la cultura popular urbana. De ahí, las sesiones de cocina porteña, como también, las representaciones de la corporalidad porteña en el bolero, el vals peruano, la cueca urbana y el tango. El caso es que la vivienda social y algunos momentos emblemáticos de esta historia, como Las siete hermanas, por nombrar uno, se conectaban con esta reflexión permanente que llevamos sobre la cultura popular urbana. ¿Qué otro soporte, crítico, para esta socialidad, que la noción de bloque? Y entre los bloques, el modelo 1010-1020.
Todo esto atraviesa la visita de José Oubrerie, colaborador de Le Corbusier, traído por la Universidad de Valparaíso.