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Indicios de teatralidad

7/Ago/2012

Residencia artística Indicios de Teatralidad   Se realiza la audición cerrada a un grupo de actores profesionales de la región, que participan en dos jornadas de trabajo creativo en conjunto con el director teatral y académico Marcos Guzmán y la actriz Francisca Márquez. Esta tiene el objetivo de seleccionar al…

Residencia artística

Indicios de Teatralidad

 

Se realiza la audición cerrada a un grupo de actores profesionales de la región, que participan en dos jornadas de trabajo creativo en conjunto con el director teatral y académico Marcos Guzmán y la actriz Francisca Márquez.

Esta tiene el objetivo de seleccionar al elenco con el cual se desarrollará el eje de la residencia artística Indicios de Teatralidad.

La residencia ha tomado como eje dramatúrgico y de producción de imágenes la obra Esperando a Godot de Samuel Beckett, para llevar a cabo un proceso de investigación teatral en torno a la tríada espacio/cuerpo/texto, la cual culminará en una puesta en escena en el teatro del Parque Cultural de Valparaíso.

Al mismo tiempo se ha invitado al Premio nacional de teatro Juan Radrigán a que escriba un material inédito para la residencia, tomando como punto de partida la dramaturgia de Beckett y que será ocupado como uno de los ejes del montaje.

Se establece un diálogo en torno a la emergencia del material y la tensión entre Beckett, catástrofe y teatralidad, encontrando un punto de entrada a partir de la idea de la espacialidad como una cámara de resonancia para el cuerpo del actor.

Posteriormente se convoca a los actores a un ensayo/audición, en donde a partir del trabajo escénico y una serie de indicaciones, se indagará en la fricción entre el actor, el espacio escénico y los materiales dramatúrgicos de Beckett y Radrigán, explorando en sus capacidades de desplegar atmósferas, instalarse en un estado afectivo y circular de manera concreta por él.

El PCdV se plantea como una plataforma de desarrollo artístico que aporta a elevar los estándares de la creación local, en este sentido, la invitación a los actores locales a participar del ejercicio de una audición, se plantea como un desafío para los artistas del teatro local.

Los actores deben enfrentarse a una mirada externa, técnica y distanciada de los directores Francisca Márquez y Marcos Guzmán. El arte de la actuación pone en evidencia, expone, muestra, la corporalidad, los universos subjetivos en el aquí y ahora de cualquier performance teatral.

Este proceso de audición permite generar dinámicas de trabajo creativo fundamentales en el oficio teatral. En el universo del arte de la actuación, existen momentos en los cuales el actor se enfrenta a un texto dramático con sus complejidades y reflexiones filosóficas y estéticas, y que debe resolver de manera rápida, recurriendo a las imágenes, sensaciones, percepciones y memorias que son parte de su historia personal. Pero las debe poner al servicio de un conjunto de acciones físicas pre definidas por el texto o partitura, que permitan al espectador “ver” y participar de ese universo. Ese acto creativo “contra el tiempo”, donde debe establecer la relación, la situación y el diálogo, es parte del entrenamiento actoral.

Audicionar implica para esta experiencia dos cosas: trabajar sobre la base de un texto de una alta complejidad filosófica y dramatúrgica y poner en tensión las herramientas técnicas y actorales al servicio de una escena contra el tiempo.

El director teatral Peter Brook, escribe sobre Samuel Beckett: “quizá el escritor más intenso y personal de nuestra época es Samuel Beckett. Sus obras son símbolos en el sentido exacto de la palabra. Un símbolo falso es blando y vago, un símbolo verdadero es duro y claro. Cuando decimos simbólico, nos referimos a menudo a algo tristemente oscuro: el verdadero símbolo es específico, la única forma que puede adoptar una cierta verdad. Los dos hombres a la espera al lado de un árbol, son invenciones, imágenes agudamente definidas, que están sobre el escenario como objetos. Son máquinas de teatro…no llegaremos a ningún sitio si esperamos que nos digan qué significa, aunque lo cierto es que tienen una relación con nosotros que no podemos negar…las oscuras obras de Beckett son piezas de luz, donde el desesperado objeto creado da fe de la ferocidad del deseo de testimoniar la verdad”

Dice Peter Brook: “El teatro es el lugar donde lo invisible se hace visible… ¿puede hacerse visible lo invisible mediante la presencia del intérprete? El teatro del absurdo no buscaba lo irreal por buscarlo. Empleaba lo irreal para hacer ciertas exploraciones ya que observaba la falta de verdad en nuestros intercambios cotidianos, y la presencia de verdad en lo que parecía traído por los pelos.”

Buscar o bucear en un teatro más peligroso, más irracional, más espontáneo, anárquico, de intoxicadora energía, destruir formas muertas…” (Sobre el teatro sagrado, El Espacio Vacío, Peter Brook)

¿Cómo se aborda esta complejidad desde la actuación?

Para el director, dramaturgo y guionista David Mamet, la correcta unidad de estudio no es la obra, si no la escena. La acción intrincada de la obra, la línea maestra del personaje siempre son cosas demasiado generales para ser saludablemente físicas. El actor debe saber esperar instrucciones…eso es lo que los actores tienen que hacer en una escena…si se cumplen esas instrucciones, se habrá llevado a termino la responsabilidad del actor en la obra…”

“Reducir las grandes tareas en pequeñas tareas, e interpretar esas pequeñas tareas, es labor del actor. La responsabilidad hacia el personaje se cumple cuando se escoge una acción simple para la escena. Si se interpreta cada escena, la obra estará lista…si se intenta explicar el conocimiento de la obra a través de cada escena, se estará arruinando cualquier valor de diseño que haya construido el autor y se estará destruyendo la oportunidad de triunfar escena por escena…”

El actor no necesita “describir”, tampoco necesita “emocionarse”…necesita acción

¿Y qué es una acción?…”es el compromiso para conseguir un único objetivo. No hay que volverse más interesante, más observador, para interpretar…hay que ser más activo…”

Actuar es entonces intentar un objetivo en escena, a través de acciones divertidas, es trabajar…la tarea del actor es ser auténtico y valiente, las dos cualidades pueden ser desarrolladas y ejercitadas a través de la voluntad…” “Hay que trabajar la voz para poder hablar claro y alto a pesar de los nervios, el miedo, la inseguridad, el cansancio (el público va a oír la obra); trabajad vuestro cuerpo para hacerlo fuerte y flexible, de manera que la emoción y la ansiedad no lo deformen…hay que aprender a leer un texto…para encontrar la acción…”

Mamet utiliza metáfora: “Los boxeadores son hombres normales con una determinación extraordinaria”, en otras palabras “los actores son personas normales con una determinación extraordinaria…”

En el teatro, como en otras ocupaciones, la corrección en las cosas pequeñas es la clave para la corrección en las cosas grandes…entrenamiento, oficio, orden, disciplina, estudio del texto, dejar los problemas de la calle en la calle, y los del teatro en el teatro…

A los actores les recomienda Mamet: “lleven al escenario lo mismo que llevan a una habitación: la persona que son. Su fuerza, sus debilidades, su capacidad para la acción. Cultiven el amor por la destreza. Aprendan destrezas teatrales. Les darán placer continuado, seguridad en ustedes mismos, conectarán con los cincuenta mil años de historia de nuestra profesión…canto, voz, danza, malabarismo, acrobacia, magia… practicar determina perfectamente la diferencia entre la posesión y la no posesión de una destreza. Practicar es Aprender a ser humildes y eso significa la paz….Cultiven el hábito de la reciprocidad….

Audicionar es entonces parte de esta lógica, cuando se asume como una instancia de aprendizaje, de proceso en la emergencia y la premura de aproximarse a la comprensión física de un texto que pertenece a los clásicos del imaginario teatral.